La reducción en la descomposición de los nutrientes en productos derivados absorbibles o la reducción en la captación y transporte de nutrientes digeridos de manera adecuada por la mucosa caracteriza un trastorno de malabsorción (TM). Los signos y síntomas varían desde los mínimos cambios clínicos y de laboratorio hasta los síntomas más graves. Los más comunes son la pérdida de peso y la diarrea, pero es necesaria una anamnesis más completa para que se llegue al diagnóstico.

La desnutrición generada por la ingestión insuficiente de nutrientes, la malabsorción y el aumento de pérdidas gastrointestinales pueden empeorar el pronóstico y reducir la competencia inmunológica, además de aumentar el riesgo de infecciones. Se ha mostrado eficaz la terapia nutricional adecuada y puede influir significativamente en la supervivencia de los individuos con dificultad de digestión y absorción.

Se encuentran la proteína del suero de la leche, L-glutamina y triglicérido de cadena media (TCM) entre los nutrientes con respuesta positiva en tales condiciones.